ROMA
Con el mercurio de los termómetros en su esplendor, iniciábamos un viaje a la capital de Italia. ROMA.
En este caso también era cosa de dos, de dos parejas.
El viaje lo realizamos a través de Ryan Air. Desde Valencia, igual que la mayoría de sitios nos salió muy económico. Siempre me gusta conocer la distancia del aeropuerto al alojamiento para ver el modo de transporte. En este caso la empresa con la que contratamos el alojamiento nos puso a disposición un chófer que nos recogió en la puerta del aeropuerto con un Mercedes y su gorrita. Parecíamos el presidente de los Estados Unidos. El servicio costaba 50 euros. Cualquier otro medio hubiera teniddo un coste similar por lo que consideramos que hicimos una gran elección. Hay al menos 60 kilometros al centro y la conexión no es ni buena ni barata.
El motivo de elegir un apartamento es que debíamos (por motivos de costes evidentemente), renunciar a comodidad o a proximidad ya que los hoteles del centro dejan bastante que desear o los precios son astronómicos.
Con ello, elegimos un apartamento para 4 personas en la Via del Corso, privilegiada calle, y por cierto muy bonito el apartamento, por unos 900 euros los 4 una semana. No era un chollo pero no estaba mal teniendo en cuenta la ubicación, el mal transporte público que hace en Roma, y el buen ambiente que hay en la Via del Corso y las calles que la rodean y la proximidad a los monumentos principales.
La primera noche sirvió para repasar las rutas a seguir ya que en Roma hay que caminar mucho y el transporte no es demasiado bueno. HABIA QUE OPTIMIZAR LAS CAMINATAS!
Con ello creamos varias rutas que íbamos enlazando según cumplíamos objetivos.
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